El último martes en el Centro Cultural de La Reina

El cuarto martes de noviembre, en el Centro Cultural de La Reina, fue delicado y preciso, útil para generar la experiencia de una cualidad más profunda del estar, estar-presentes, esa posibilidad que se enciende cuando, al llevar la atención al cuerpo y avivar la relación que tenemos con él, dejamos de estar, por momentos, funcionando con el pensamiento como la gran referencia. Otras señales entran en nuestra conciencia, y ahí estamos nosotros, viendo pasar los pensamientos, inevitables, y al mismo tiempo sintiendo, la respiración, el movimiento del pecho, el peso en las plantas de los pies, vemos el entorno y a los otros, oímos con más detalle la música y los sonidos. Nos experimentamos a nosotros mismos de un modo diferente, estamos ahí, o aquí ahora mismo, leyendo, sintiendo la respiración, la espalda, el movimiento del pecho, del abdomen, la sensación de la cara, viendo pasar lo pensado, y constatando que no somos lo que pensamos, ni lo que sentimos, somos nosotros dándonos cuenta, tomando nota.

A veces ese tomar nota, ese observarnos, se acompaña de una dulce sensación, serenidad, confianza, armonía... y otras no tanto, como cuando vemos insatisfechas nuestras expectativas acerca de nosotros. No somos tan buenos, ni tan adecuados, ni tan lúcidos como creíamos. Aquí están nuestras faltas y debilidades, a la vista, aparece una inquietud, un desasosiego, y la urgencia de cambiar... pero podemos esperar, seguir recibiéndonos, sin abandonarnos a la planificación del cambio, solo seguir sintiéndonos con más interés, con más atención, buscando señales "objetivas": peso, volumen, temperatura, movimiento, emociones, sentimientos, sin explicaciones, solo la sensación. La cabeza puede seguir ofreciéndonos lecturas, pero la sensación está aquí, se va volviendo nítida, diferenciada, y lo más importante, nosotros estamos aquí, para recibir, para observar, eso y todo lo demás que pueda llegar a la conciencia.

Entonces puede suceder que, estando nosotros presentes, se integre y se distinga todo al mismo tiempo. Están las señales en la conciencia, estamos nosotros recibiéndolas, sin salir tras alguna en particular. Sensaciones, emociones, pensamientos, constataciones. Somos Observadores. En este momento se produce una gran nutrición, estamos más cerca de la fuente, de donde es posible alimentarse, enriquecerse, aliviarse, liberarse. Estamos "funcionando" de un modo especial, diferente al habitual, menos comprometidos con las ideas que tenemos acerca de la realidad, el mundo no es ni tiene que ser como creemos, dejamos de chocar con expectativas acerca de nosotros o de los demás.

A este momento se le llama también Meditación, y se lo distingue de la "técnica meditativa" que lo enciende. A este momento se le llama Funcionamiento Consciente, o simplemente Consciencia, estar Despierto. En este momento estamos en sintonía con Todo, porque estamos más cerca de vivenciar el auténtico potencial de lo humano. Manifestamos lo que más esencialmente somos, y en esa medida, en la medida que alcanzamos la mayor expresión de nuestra verdadera naturaleza, nos experimentamos en continuidad con todo y todos, saboreamos nuestra perfección y valor intrínseco, reconocemos con naturalidad nuestras debilidades y fortalezas, y nos llenamos de la energía necesaria para actuar en consecuencia en la vida cotidiana, en todos esos momentos comunes y corrientes, donde la mayor parte del tiempo no estamos realmente, dando lugar a la ignorancia y al error, muchas veces con el convencimiento de estar haciendo "lo correcto", "lo mejor", o "todo lo que podemos". Si no estamos nosotros presentes, si no hemos "despertado", nada de lo que hagamos, realmente nada, tiene valor suficiente. Si no estamos nosotros primero, en consciencia, nada es suficiente para alcanzar esa plenitud, esa satisfacción profunda, legítima, posible, humana: libertad, armonía, paz, amor, compasión, y todas esas cualidades superiores del existir, que tan lejanas nos parecen, mientras nos des-vivimos por una supervivencia intrascendente.

Si lo que buscamos es una actualización plena de nuestras posibilidades, hay algo concreto y simple que se puede hacer. Busque su cuerpo, sienta su cuerpo, manténgase atento a las señales corporales, como una estrategia, no como un fin, y espere hasta experimentar su presencia, y no se detenga en eso, vaya más allá, más allá del agrado y bienestar inicial, permanezca ahí, en presencia suya. Búsquese cotidianamente, momento a momento, sienta su respiración, el sabor de las comidas, los olores, los sonidos, el peso en las plantas de los pies al caminar, el sonido de la voz, la espalda, la cara, la expresión, la postura. En cualquier cosa que haga, en cualquier momento, búsquese usted primero, asegúrese de estar, sentir su cuerpo lo va a ayudar, porque el cuerpo está aquí, su respiración está aquí, y ahí va a estar cuando la busque con la atención.

Como toda capacidad, si la practica, si la entrena, se desarrolla y luce más. Para eso nos hemos juntado estos martes, para practicar y desarrollar una competencia propiamente humana, la Consciencia, para recrear nuestra comprensión acerca de cómo opera esta posibilidad del funcionamiento humano, y de que modo enriquece nuestras oportunidades en el mundo.

Sin saber el martes pasado fue el último del ciclo 2010. El Centro Cultural va ser ocupado por otras actividades, propias del fin de año. Entonces, si les parece, sigamos en contacto, para encontrarnos en un nuevo ciclo 2011, o en otras circunstancias, por ejemplo, los domingos a las 10:30 en Águila Sur, o en las actividades de verano.

Para los que estuvieron estos martes un gran abrazo, para los que no llegaron también, y sepan que los echamos de menos y que siguen invitados.


Con cariño,

Desde Águila Sur


Milton Flores Gatica

Paulina González Céspedes

Gabriela Torres Pincheira




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