Me encuentro ahora como Ciudadana,
como Profesional, como Ser Humano, asumiendo la naturaleza Espiritual
que nos es propia, que se encuentra reconocida jurídicamente, a
nivel nacional e internacional, a cuyo desarrollo y manifestación
tenemos derecho y obligación,
puesto que de aquello depende una auténtica Evolución, de la Persona, de la Comunidad, de toda la Humanidad.
El progreso tecnológico que nos deslumbra, no es
sino un pálido reflejo de lo que a la especie humana le es posible
resolver en su relación con la materia. El sufrimiento humano no
puede ser trascendido y alcanzar un auténtico desarrollo evolutivo y
la felicidad, sino nos damos a la tarea de recuperar esta dimensión
de la Vida Humana, de la Existencia.
Se requiere incluir en nuestra comprensión de Ser
Humano, en nuestra vida cotidiana, la dimensión Espiritual, lo que
no es en si mismo ninguna novedad, lo relevante es que esto se esté
haciendo, ahora mismo, emergiendo en contra de la inercia y la
incredulidad. El lenguaje se está recreando para poder decirlo
también, leyendo, mostrando, y de ese modo llamar, invitando a cada
uno a constatar por si mismo que esto es una realidad... con la misma
sorpresa que debe haber sido mirar el cielo desde la novedad de que
el planeta giraba alrededor del sol... así parecido es re-conocer que
somos más allá de la idea que tenemos acerca de nosotros mismos.
Recuperar la dimensión Espiritual de lo Humano y
hacerlo en la experiencia cotidiana, pública y privada (Políticas
Públicas para el Desarrollo de la Conciencia), porque sino lo
hiciéramos seguiríamos -como hemos estado desde casi siempre- dando
vueltas en la misma órbita sin pegar el salto a la siguiente.
Tenemos el Derecho, el Deber, y ahora la oportunidad,
de hacer algo dirección a la Conciencia, el que quiera, el que este
dispuesto, nada nos lo puede impedir y a nadie se le puede obligar.
Paulina
Febrero 2014
Paulina
Febrero 2014
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