Cantar Juntos

Cantar juntos es un acto significativo.

En primer lugar es un símbolo de lo que debemos hacer para sintonizarnos, para armonizarnos entre nosotros. Porque esta fusión de voces sobre nuestras cabezas es, al mismo tiempo una fusión de nuestras almas y nuestros espíritus.

También, por medio del canto, expresamos nuestro deseo de abrazar el Universo, de estar en armonía con el Todo. Por esta razón es conveniente que, antes de cantar, echéis una ojeada a vuestro interior para apaciguaros, para alejaros de las preocupaciones cotidianas, con el fin de que estéis predispuestos a armonizaros con todas las criaturas del cosmos y cantar al unísono con ellas.

En una palabra, esta práctica de cantar juntos es un reflejo, una expresión –en el plano físico- del ejercicio que debemos hacer cada día, y a ser posible muchas veces al día, para sintonizar al unísono nuestro espíritu, nuestra alma, nuestra inteligencia y nuestro corazón.

Conviene saber que los beneficios del canto llegan a las regiones más sublimes. Si os lográis comprender bien esto, os aseguro que consagraréis mucho más tiempo a cantar juntos, porque experimentaréis en vosotros mismos resultados tangibles de lo que os digo. Estáis siempre sumidos en ocupaciones aparentemente importantes pero en realidad no os hacen más felices, más nobles más luminosos, ni más saludables. Os aportan quizás más facilidades, holgura económica, pero todo ello no contribuye a vuestra transformación. Mientras que si cantáis juntos, con convicción, si intentáis sintonizaros con otro orden de cosas, entonces evolucionaréis y os transformaréis.

Omraam Mikhaël Aïvanhov, Creación Artística y creación espiritual, Colección Izvor Nº 223. Ediciones Prosveta. Del Capítulo VI “Canto Coral”.

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