jueves, 9 de febrero de 2012

Cantando en Limache

Fuimos a Limache
Carla abrió la convocatoria, con la intención de que un grupo de personas nos juntásemos para participar de una práctica de trabajo espiritual, proveniente del amazonas brasilero, cantando himnos con instrucciones muy esenciales para la vida, que integra la espiritualidad como un hecho real y justo... 

El viaje fue amable, las indicaciones de  Constanza -amiga que nos acogió en su casa- nos llevaron por Til Til y cruzamos un paisaje hermoso...

Desde el inicio todo se fue dando con plasticidad, viajar o no viajar a trabajar junto con Carla, quiénes viajar, cómo viajar... trabajando para ser receptivos a las señales del momento...

Ya en Limache, nos encontramos con esos primores de la vida, que nutren, el paladar y el alma... conocimos la physalis, el fruto, la planta, mermeladas, una delicia, una oportunidad vista y tomada por Constanza en medio de su propio esfuerzo por vivir de un modo simple y conectado con la existencia en armonía, alejándose de la propuesta mayoritaria y oficial...

Tomamos té y comimos chapates para luego partir rumbo a la casa de Verónica y Felipe a la práctica acordada, otra casa bonita, con espacios organizados con el propósito de  favorecer momentos de contacto con lo sutil... fuimos recibidos con disponibilidad para adecuarse a lo necesario, fueron llegando los convocados... en todo momento asumiendo que solo con presencia seria posible reconocer cómo finalmente llegaríamos a estar listos para comenzar... los lugares, los "guerreros" disponibles para ocuparlos, el espacio, las sillas... los detalles, las flores... todo surgía a la vista de un modo que fluía, y existía una sinergia que permitió que de pronto estuviéramos todos dispuestos para comenzar a cantar...

Cantamos, cantamos con fuerza, enteros, irrumpiendo con el canto cada rincón y cada célula... se produjo momentos de mucha claridad, de luz. Al finalizar todos coincidimos en que parecíamos muchos más que los 15 que éramos, los rostros demostraban plenitud, satisfacción, contento.

Surgían preguntas, comentarios, que abrían la oportunidad para "adoctrinar", para mostrar la perspectiva desde la que asumimos este peregrinar en busca de compartir momentos de expansión de conciencia... disponerse a cantar sin necesariamente entender el idioma, el significado de las palabras, recibiendo la oportunidad de que la experiencia entre por un lado diferente al entendimiento, sentir la vibración, sentir la unión cantando y moviéndonos juntos... trabajar por acceder a una dimensión diferente de la experiencia humana, que es posible. El protagonismo habitual de la mente para conectarnos con la experiencia, genera de modo natural que algo se resista, que la tendencia sea querer entender, y por el dinamismo de la experiencia se van relativizando incluso comprensiones ya alcanzadas en experiencias anteriores, pasa de todo... junto a eso, es un hecho que vivimos una experiencia de bienestar exquisito, potente, revitalizante...

Volvimos a casa de Constanza, a descasar... nos levantamos temprano, desayunamos exquisiteces y de nuevo a recibir el momento, para ver como seguir... finalmente fuimos todos juntos a entregar la producción de physalis a una frutería, y luego a almorzar con la familia del Dr. Alex Passeron y su señora Alba... otro espacio lindo, amplio, en construcción, que está siendo creado con el ánimo de albergar encuentros... Luego de almorzar dejamos a los doctores para que conversaran tranquilos... al anochecer estaba dicho que cantaríamos, esta vez en casa de Constanza...

Un reencuentro, una muestra de cuan enlazados estamos en esta tierra... Cesar y Carina -con quienes en Santiago ya habíamos compartido la doctrina del Brasil-, se conocían con Constanza y fueron invitados a cantar. Nos reunimos entonces Milton, Julieta, Luciano, Constanza, Carla, Carina, Cesar, Gabriela... todos cantando, presentes, con firmeza, la guitarra permitió la aparición de más profundidad en las melodías... la disponibilidad a acoplarse del guitarrista, su destreza, colmó el espacio con sonidos y armonía que fueron contribución... Al finalizar, agradecimiento por la oportunidad bien aprovechada para trabajar junto con otros, que así de disponibles permitieron saborear momentos de unión y luminosidad esencial profundos, ciertos, palpables... La casa de Constanza quedó impregnada de himnos... mil gracias por acogernos, así tan dedicados a la misión de expandir el trabajo espiritual del modo como -fruto del estudio asumido- podemos hacerlo.

Antes de volver a Santiago, fuimos a estar un momento frente al mar, en Maitencillo... en la mañana, cuando aún no hay mucha gente... el mar, la brisa marina, la arena fina, los olores, el cochayuyo en la playa... todo dispuesto para ser recibido por quien se dispone abierto a la experiencia... Luciano corría contento, disfrutó y aprovechó con intensidad la oportunidad... retornamos, con el cuerpo cansado, con una sensación de agradecimiento, y de expectación... ¿qué vendrá? ¿cómo y con qué se quedarán las personas que compartieron la experiencia? ¿será demasiado radical nuestra propuesta? ¿existirá disponibilidad real para seguir prosperando, para rozarse en el esfuerzo por expandir -sin acomodos- la conciencia, para efectivamente pasar a algo distinto? 

Satisfecha, si... y además saboreando incertidumbre, ya se verá...

Experimento la convicción de que se necesita esa suerte de "radicalismo" que irradiamos en el trabajo... necesitamos ser más quienes pongan su vida toda al servicio de la evolución que toca... y para ello, trabajar, con osadía, y dispuestos a sufrir el roce del esmeril que  pule, que permite despojarse del ego... no es fácil, pero necesario.

Como también fue dicho, compartir la reflexión de que las cosas así como están, en nuestra convivencia social, tiene a muchos descontentos, y por esa razón se abre en cada vez más personas la necesidad de buscar algo distinto. En esa búsqueda muchos se encuentran con herramientas, de diverso origen, que se emplean como tecnologías para alcanzar un mejor bienestar, aún sin cambiar de lógica de funcionamiento, uso tal o cual técnica o elemento, y me alivio, algo se sacia, pero aún no se transforma lo más esencial. Otros colocan el énfasis en la búsqueda, en el trabajo por acceder al bienestar personal y de sus cercanos, sin idolatrar las técnicas, van pasando por unas u otras, logran ajustes bastante más significativos en sus modos de vivir, las incorporan como medios para un fin. Y existen algunos pocos que además de haberse encontrado con posibilidades para acceder a más bienestar, se despierta en ellos la convicción de la necesidad del servicio, al acceden a una dimensión de la existencia que muestra, que aclara, que permite ver el potencial existente y necesario de actualizar que poseemos como especie humana, aquel que nos permitirá evolucionar como Seres Humanos, que permitirá la transformación real, de carácter global, a través de un salto cuántico en la naturaleza de nuestras percepciones, que como consecuencia traerá un nuevo orden para la convivencia en sociedad. Y nos disponemos a trabajar para facilitarla. La masa crítica, la suma de momentos luminosos, lo hará posible, con arduo trabajo, pero para allá vamos, de eso se trata.

Solo queda insistir en agradecer la oportunidad, que fue posible gracias al aporte de distintas personas, que factibilizan los movimientos. Desde distintos lugares, quienes comprenden de qué se trata este tipo de esfuerzo, entregan de lo suyo para el bien de todos.
Estamos ahora con la intención puesta en una vuelta por el sur, Concepción, Temuco, Osorno, veremos si se abre la oportunidad y nos encontramos con la manera.

Muchas gracias a todos.

Gabriela

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