Cantando en Limache
Fuimos
a Limache
Carla
abrió la convocatoria, con la intención de que un grupo de personas
nos juntásemos para participar de una práctica de trabajo
espiritual, proveniente del amazonas brasilero, cantando himnos
con instrucciones muy esenciales para la vida, que
integra la espiritualidad como un hecho real y justo...
El
viaje fue amable, las indicaciones de Constanza -amiga que nos
acogió en su casa- nos llevaron por Til Til y cruzamos un paisaje
hermoso...
Desde
el inicio todo se fue dando con plasticidad, viajar o no viajar a
trabajar junto con Carla, quiénes viajar, cómo viajar... trabajando
para ser receptivos a las señales del momento...
Ya
en Limache, nos encontramos con esos primores de la vida, que nutren,
el paladar y el alma... conocimos la physalis, el fruto, la planta,
mermeladas, una delicia, una oportunidad vista y tomada por Constanza
en medio de su propio esfuerzo por vivir de un modo simple y
conectado con la existencia en armonía, alejándose de la propuesta
mayoritaria y oficial...
Tomamos
té y comimos chapates para luego partir rumbo a la casa de Verónica
y Felipe a la práctica acordada, otra casa bonita, con espacios
organizados con el propósito de favorecer momentos de contacto
con lo sutil... fuimos recibidos con disponibilidad para adecuarse a
lo necesario, fueron llegando los convocados... en todo momento
asumiendo que solo con presencia seria posible reconocer cómo
finalmente llegaríamos a estar listos para comenzar... los lugares,
los "guerreros" disponibles para ocuparlos, el espacio, las
sillas... los detalles, las flores... todo surgía a la vista de un
modo que fluía, y existía una sinergia que permitió que de
pronto estuviéramos todos dispuestos para comenzar a
cantar...
Cantamos,
cantamos con fuerza, enteros, irrumpiendo con el canto cada rincón y
cada célula... se produjo momentos de mucha claridad, de luz. Al
finalizar todos coincidimos en que parecíamos muchos más que los 15
que éramos, los rostros demostraban plenitud, satisfacción,
contento.
Surgían
preguntas, comentarios, que abrían la oportunidad para "adoctrinar",
para mostrar la perspectiva desde la que asumimos este peregrinar en
busca de compartir momentos de expansión de conciencia... disponerse
a cantar sin necesariamente entender el idioma, el significado de las
palabras, recibiendo la oportunidad de que la experiencia entre por
un lado diferente al entendimiento, sentir la vibración, sentir la
unión cantando y moviéndonos juntos... trabajar por acceder a una
dimensión diferente de la experiencia humana, que es posible. El
protagonismo habitual de la mente para conectarnos con la
experiencia, genera de modo natural que algo se resista, que la
tendencia sea querer entender, y por el dinamismo de la experiencia
se van relativizando incluso comprensiones ya alcanzadas en
experiencias anteriores, pasa de todo... junto a eso, es un hecho que
vivimos una experiencia de bienestar exquisito, potente,
revitalizante...
Volvimos
a casa de Constanza, a descasar... nos levantamos temprano,
desayunamos exquisiteces y de nuevo a recibir el momento, para ver
como seguir... finalmente fuimos todos juntos a entregar la
producción de physalis a una frutería, y luego a almorzar con la
familia del Dr. Alex Passeron y su señora Alba... otro espacio
lindo, amplio, en construcción, que está siendo creado con el ánimo
de albergar encuentros... Luego de almorzar dejamos a los doctores
para que conversaran tranquilos... al anochecer estaba dicho que
cantaríamos, esta vez en casa de Constanza...
Un
reencuentro, una muestra de cuan enlazados estamos en esta tierra...
Cesar y Carina -con quienes en Santiago ya habíamos compartido la
doctrina del Brasil-, se conocían con Constanza y fueron invitados a
cantar. Nos reunimos entonces Milton, Julieta, Luciano, Constanza,
Carla, Carina, Cesar, Gabriela... todos cantando, presentes, con
firmeza, la guitarra permitió la aparición de más profundidad en
las melodías... la disponibilidad a acoplarse del guitarrista, su
destreza, colmó el espacio con sonidos y armonía que fueron
contribución... Al finalizar, agradecimiento por la oportunidad bien
aprovechada para trabajar junto con otros, que así de disponibles
permitieron saborear momentos de unión y luminosidad esencial
profundos, ciertos, palpables... La casa de Constanza quedó
impregnada de himnos... mil gracias por acogernos, así tan dedicados
a la misión de expandir el trabajo espiritual del modo como -fruto
del estudio asumido- podemos hacerlo.
Antes
de volver a Santiago, fuimos a estar un momento frente al mar, en
Maitencillo... en la mañana, cuando aún no hay mucha gente... el
mar, la brisa marina, la arena fina, los olores, el cochayuyo en la
playa... todo dispuesto para ser recibido por quien se dispone
abierto a la experiencia... Luciano corría contento, disfrutó y
aprovechó con intensidad la oportunidad... retornamos, con el cuerpo
cansado, con una sensación de agradecimiento, y de expectación...
¿qué vendrá? ¿cómo y con qué se quedarán las personas que
compartieron la experiencia? ¿será demasiado radical nuestra
propuesta? ¿existirá disponibilidad real para seguir prosperando,
para rozarse en el esfuerzo por expandir -sin acomodos- la
conciencia, para efectivamente pasar a algo distinto?
Satisfecha,
si... y además saboreando incertidumbre, ya se verá...
Experimento
la convicción de que se necesita esa suerte de "radicalismo"
que irradiamos en el trabajo... necesitamos ser más quienes pongan
su vida toda al servicio de la evolución que toca... y para ello,
trabajar, con osadía, y dispuestos a sufrir el roce del esmeril que
pule, que permite despojarse del ego... no es fácil, pero
necesario.
Como
también fue dicho, compartir la reflexión de que las cosas así
como están, en nuestra convivencia social, tiene a muchos
descontentos, y por esa razón se abre en cada vez más personas la
necesidad de buscar algo distinto. En esa búsqueda muchos se
encuentran con herramientas, de diverso origen, que se emplean como
tecnologías para alcanzar un mejor bienestar, aún sin cambiar de
lógica de funcionamiento, uso tal o cual técnica o
elemento, y me alivio, algo se sacia, pero aún no se
transforma lo más esencial. Otros colocan el énfasis en la
búsqueda, en el trabajo por acceder al bienestar personal y de sus
cercanos, sin idolatrar las técnicas, van pasando por unas u otras,
logran ajustes bastante más significativos en sus modos de vivir,
las incorporan como medios para un fin. Y existen algunos pocos que
además de haberse encontrado con posibilidades para acceder a más
bienestar, se despierta en ellos la convicción de la necesidad del
servicio, al acceden a una dimensión de la existencia que muestra,
que aclara, que permite ver el potencial existente y necesario de
actualizar que poseemos como especie humana, aquel que nos permitirá
evolucionar como Seres Humanos, que permitirá la transformación
real, de carácter global, a través de un salto cuántico en la
naturaleza de nuestras percepciones, que como consecuencia traerá un
nuevo orden para la convivencia en sociedad. Y nos disponemos a
trabajar para facilitarla. La masa crítica, la suma de momentos
luminosos, lo hará posible, con arduo trabajo, pero para allá
vamos, de eso se trata.
Solo
queda insistir en agradecer la oportunidad, que fue posible gracias
al aporte de distintas personas, que factibilizan los movimientos.
Desde distintos lugares, quienes comprenden de qué se trata este
tipo de esfuerzo, entregan de lo suyo para el bien de todos.
Estamos
ahora con la intención puesta en una vuelta por el sur, Concepción,
Temuco, Osorno, veremos si se abre la oportunidad y nos encontramos
con la manera.
Muchas
gracias a todos.
Gabriela
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