Expansión de Conciencia a Tribunles


Como profesionales de servicio, formando equipo por más de 15 años, hace un tiempo ya que estábamos atentos y preparándonos para la oportunidad de dar cuenta, de un modo más significativo, de la posibilidad y necesidad impostergable de un orden más esencial a favor de la Vida, y contribuir a dejar instalada en la matrix una información que hoy no es oficial, y cuyo desconocimiento nos mantiene restringidos a una comprensión muy limitada de nuestras posibilidades como Seres Humanos.
Entonces cuando el sistema nos reclama, nos llama a dar explicación de nuestra conducta y se abre un proceso judicial en contra de uno de nosotros por cultivo y cosecha de cannabis sin permiso, escogemos salir a dar la cara, a poner el pecho en buen chileno, a decir que si, a mostrar por qué, a poner todo sobre la mesa, instrumentalizando la contingencia para un objetivo superior y trascendente.

Comprendemos que este juicio, si bien en un plano es en contra del Dr. Milton Flores y por ende en contra de su equipo también, en otro plano más amplio es a favor del derecho que todos tenemos de cultivar la dimensión espiritual de nuestra existencia, vale decir la dimensión inmaterial y sutil de la vida, donde reside el Ser de lo Humano, y emplear para ello -fuera de todo prejuicio e ignorancia- los recursos disponibles desde siempre, incluidas las plantas de poder, medicinas chamánicas o plantas enteógenas, las que justamente facilitan el acceso a un contacto más directo con la vida, nos exponen a la experiencia de la totalidad, recrean naturalmente la comprensión, y permiten el entrenamiento de competencias para permanecer en presencia de sí. Esta clase de experiencia resulta tanto más provechosa y segura cuanto más se comprende su mecanismo de acción y más se cuida de las condiciones en que ésta es posible y conducente. En el caso de la Cannabis o Santa María, nombre que se le da cuando se asume su empleo consagrado, dedicado a lo sagrado que sería el cultivo de lo trascendente, aún quienes desconocen del todo esta comprensión de ella como una planta enteógena y los cuidados que como tal requiere su consumo, aquellos que sin ser adictos la consumen “recreativamente”, pueden reconocer el efecto de acceder a una profundidad, a una realidad más significativa en la que se encuentra alivio, nutrición, sentido y lucidez, posibilidades que ciertamente se pierden cuando no se tiene la oportunidad de conducir correctamente esta práctica, degradándose la relación con ella hasta la dependencia.
¿Qué puede ser más trascendente para una persona que tener oportunidad  de conocer y comprender su condición como especie, las oportunidades que derivan de un correcto despliegue de su funcionamiento, de una plena actualización de su fisiología esencial? “Conócete a ti mismo” está en todas partes y no se agota en el conocimiento biográfico. Se trata de comprender qué somos, cómo funcionamos y cuáles son nuestras posibilidades como Seres Humanos, en una dimensión esencial, anterior a la especificidad y la diversidad.
Como profesionales -en el amplio sentido de profesar un oficio comprometido con el bien común- esta clase de comprensión es indispensable, vital para favorecer efectivamente un cambio, una transformación, individual y colectiva, en lo inmediato y para el largo plazo. En Salud, en Educación, por ejemplo, no es posible seguir obviando la oportunidad que implica ofrecer un servicio que de lugar a ajustes funcionales en quienes lo reciben y quien lo ofrecen,una clase de encuentro que encienda oportunidades reales, prácticas,trascendentes, que habiliten para recibir y conducir la vida, y no seguir ofreciendo como lo único posible una mirada estrecha que empequeñece, limita, daña, que nos vuelve hacia afuera a construir soluciones que alivian superficialmente por un rato mientras perpetúan la lógica y las condiciones en que la enfermedad, la ignorancia, la dependencia y el sufrimiento son posibles, tanto en la escala personal como colectiva.
No se trata de una causa elitista, sofisticada, de una minoría, de un gusto que algunos quieren darse sin consideración del riesgo al que exponen a otros. No se trata del derecho a hacer cada uno como adulto lo que se le antoje con su vida, muy por el contrario, pretender reivindicar este supuesto no resiste análisis, somos en primer lugar una misma esencia vital, un mismo impulso de vida, conciencia pura,espíritu encarnado adquiriendo individualidad, el misticismo de las tradiciones espirituales, el saber chamánico de los pueblos originarios lo han desde siempre señalando, y ahora la ciencia,nuestro modo occidental de conocer, nos lo prueba también. Imposible entonces pretender que mi conducta, mi desenvolvimiento en la vida,por más privado que sea en un plano, no tenga efectos significativos sobre los otros, y no solo los otros de mi circulo cercano, sino sobre la humanidad y la existencia toda. No. Muy por el contrario, se trata de conquistar para todos el ejercicio de la dignidad humana, a través de la habilitación de competencias funcionales esenciales,como es la capacidad de permanecer por más tiempo en contacto con la realidad, sin sucumbir o sucumbiendo menos a la subjetividad de las lecturas parciales que espontáneamente se construyen en nuestro intelecto. Se trata de poder vivir la plena actualización de nuestro potencial, que rebasa por mucho lo que la sociedad y la cultura nos ofrecen como éxito, sentido y calidad de vida.
El momento es propicio para esta clase de reivindicación, entre otras cosas porque en nuestro país existe jurisprudencia en dos casos, en La Serena (2011) y en Arica (2012), donde los tribunales fallaron absolviendo y reconociendo el derecho a la practica de consumir cannabis como parte del cultivo de lo espiritual en el contexto de la religión Rastafari. Nosotros no profesamos esta ni otra religión,no obstante cultivamos nuestra espiritualidad, tenemos ese derecho,ejercemos ese derecho, no necesitamos permiso, es un Derecho Humano el Derecho a lo Espiritual. Y también esta el antecedente del juicio por el empleo ritual de Ayahuasca a comienzo de este año, donde quedó establecido que esta clase de medicina chamánica es capaz degenerar un beneficio para Salud a quienes la consumen en contextos adecuados.
Nos consideramos obligados a ser coherentes y consecuentes, por la naturaleza de la responsabilidad que hemos asumido todos estos años como profesionales, por eso no hemos aceptado las salidas alternativas que el Fiscal ha ofrecido, hemos buscado activamente la instancia de Juicio Oral y hemos desarrollado una iniciativa en el Senado de la República, para junto a otros ofrecer a los legisladores una comprensión de la Conciencia y el Desarrollo Humano, a través de una influencia viva, a través de la presencia y desenvolvimiento de una convocatoria amplia y diversa en torno a la Conciencia para el Desarrollo Humano en las Políticas Públicas, a la que se han sumado en plena sintonía personas, organizaciones e instituciones.
El ejercicio desplegado en el Senado de la República, orientado al enriquecimiento de las políticas públicas y la práctica legislativa, y el desplegado en el ámbito judicial, orientado amostrar una inconsistencia y sentar un precedente, están en íntima relación, en ambas instancias el propósito es el mismo: reivindicarlo que como seres humanos consideramos un Derecho, y como profesionales una obligación.
Por todo esto es que este juicio no es en contra de alguien que va a defenderse a sí mismo, es a favor de una comprensión más profunda y fidedigna de lo que el Ser Humano es y necesita, y a favor de llevar esta comprensión a las políticas públicas, al sentido común, a la vida diaria.
¿Qué pasa entonces si de algún modo se manifiesta que somo muchos, que no somos cualquiera, que estamos dispuestos a ejercer nuestro derecho y nuestra obligación de darnos condiciones para hacernos cargo de nuestra vida y ofrecernos enriquecidos para la convivencia y el servicio… ?
Ahora es cuando.

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