Momentos Difíciles


Participar de un esfuerzo por alcanzar un real cambio de categoría de observación, un asumir y asumirse en proceso de perfeccionamiento y cambio, conlleva soportar momentos difíciles, de incertidumbre, de soledad, de pérdida, donde luego, a la distancia, es posible ver una simple resistencia de lo viejo, de la clásica y habitual manera de funcionar, donde ilusoriamente se cree que uno maneja el control, qua ya sabe, porque lo estudió, porque así lo creyó, porque con los cercanos referente miramos igual.

Es eso viejo, eso seguro, lo que patalea, se resiste, no quiere dejar que entre lo nuevo, lo incierto, donde no sé para donde voy a ir a parar. Es como que lo viejo, el viejo hábito de funcionamiento, se apanicase y quisiera salvarse descalificando lo nuevo, buscándole argumentos para invalidarlo, para quitarle contundencia.

Contundencia que sí se vive cuando logro mantenerme en la nueva sintonía propuesta, cuando se produce una constatación del avance en la integración de elementos, que me permiten administrarme de otra manera, mejor, que me dejan más satisfecha.

Estos momentos de difícil, son esperables, son parte del esfuerzo.

Cuando el esfuerzo está siendo compartido con otros, existe la oportunidad de que alguno que aún permanece en sintonía de lo sutil, reconozca que “me está tocando”, y se acerque, me reciba y me muestre, me acoja, o que simplemente me acompañe en ese tránsito.

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