ADVERSARIO
Siempre la creación surge cuando se integran los contrarios, cuando los opuestos se disponen a la complementación. Para que esto se cristalice, como señalan las enseñanzas, se requiere de la presencia de una tercera fuerza, que facilite la reconciliación. El espíritu santo, la conciencia, la santa reconciliación, entre otras formas de nominar a este tercer participante. En su ausencia, los contrarios tienden a reivindicarse, a afirmarse, a visualizarse como adversarios, a pesar de cualquier intención para que no sea así. Esta comprensión que trasciende las diferencias, como sucede entre un padre y su hijo, cuando ese padre, o madre, exhibe la madurez suficiente como para no quedar enganchado en el plano donde la diferencia es efectiva, para más allá de la genuina diferencia, privilegia la presencia de ambas, salta a otro plano que le permite además de recibir a su hijo, recibirse a si mismo y abrir un espacio para crear desde la recepción de los diferentes, una construcción donde no se...