El Vínculo con la Realidad

El vínculo con la realidad a través de la dimensión intelectual limita esencialmente ese vínculo.
Pensamos la vida, atendemos concientemente la producción intelectual, pensamientos, imágenes, y esta cobertura no ofrece sabor.
Sabemos de Dios, del Todo, de la Vida, a través de una dimensión plana – el intelecto-. Dios es un pensar en Dios, no se siente la Vida misma, no se siente a Dios en la vida, no nos tocamos con él, solo pensamos en él, aunque él nos toque.
“Vamos nosotros a tu reino”, pasando a una presencia donde lo intelectual, lo corporal, lo afectivo, y el Yo superior se encuentran, cada cuál con su lenguaje y entre todos recreando el desafío, redefiniendo o re-comprendiendo el camino hacia Dios, hacia nuestra totalidad, hacia nuestra integración total.
Plantearnos así nos obliga a asumir el hecho que todo está haciéndose, creándose, de mejor o peor manera, pero ahí va, naciendo y muriendo y nosotros podemos ir en este viaje tratando de mantenernos parados, sin perder de vista la categoría del desafío que Vivir (y no solo sobrevivir) nos propone.

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