oportunidad hay en todas partes


Volveremos a encontrarnos, espero confiada que eso suceda. 
Como la esposa espera al esposo al caer la tarde, y cuenta con la larga noche para dormir con él, para estar junto a él, para sentir los cuerpos tibios y el leve sonido del respirar, que va poco a poco volviéndose más y más perceptible, se escucha se huele, es denso, el movimiento es una danza espesa, hasta alcanzar la altura de un vuelo planeado a cielo abierto. Entonces sabe que está cierta, que está viva, que es completa, que no está sola, que es parte y que esa pertenencia la compromete y la determina. 
Así espero yo, para volver a estar en la oportunidad de experimentar el responder por mi, presentándome ante los otros sin pretender ocultarme, escondiendo algo de mi. Se que van a verme aunque no estuviera dispuesta, así que voy decidida a mostrarme, a distinguirme en presencia de ellos, mi ser de mi pasar, la existencia de la contingencia, y constatarme real, madura, capaz.



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