DE LA SABIDURÍA

El hombre sabio es el que ama y reverencia a Dios. El mérito del hombre está en su conocimiento y en sus accio­nes, no en su -color, fe, raza o nacimiento. Porque debes tener presente, amigo mío, que el hijo de un pastor que posee conocimientos vale más para una nación que el heredero de su trono, si éste es un ignorante. El conocimiento es tu verda­dera ejecutoria de nobleza, sea quien fuere tu padre o tu raza.

El saber es la única riqueza de que no te pueden despojar los tiranos. Sólo la muerte puede apagar la lámpara del cono­cimiento que arde dentro de ti. La verdadera riqueza de una nación no consiste en su oro ni en su plata, sino en su saber, en su sabiduría y en la rectitud de sus hijos.

Las riquezas del espíritu embellecen la paz del hombre y producen simpatía y respeto. El espíritu de cualquier ser se manifiesta en los ojos, en el semblante y en todos los movimientos y gestos del cuerpo. Nuestra apariencia, nuestras palabras, nuestras acciones no son nunca más grandes que nosotros. Porque el alma es nuestra casa; nuestros ojos, sus ventanas; y nuestras palabras, sus mensajeros.

El saber y el entendimiento son los fieles compañeros de la vida, que nunca te serán desleales. Porque el conocimiento es tu corona y el entendimiento tu báculo; y no podrás poseer mayores tesoros cuando los llevas contigo.

El que te entiende es más allegado a ti que tu mismo hermano. Porque los parientes pueden no entenderte ni conocer tu verdadero valor.

La amistad con el ignorante es tan imbécil como discutir con un borracho.

Dios te ha dotado de inteligencia y de conocimiento. No apagues la lámpara de la Gracia Divina, ni dejes que se extin­ga el cirio de la sabiduría en las tinieblas de la licencia y del error. Porque el sabio avanza iluminando con su antorcha el camino de la humanidad.

Debes saber que un solo hombre justo produce más aflic­ción al Diablo que un millón de creyentes ciegos.

Un poco de conocimiento operante vale infinitamente más que un gran caudal de saber inactivo.

Si tu saber no te enseña el valor de las cosas y no te libera de la esclavitud a la materia, jamás te acercarás al trono de la Verdad.

Si tu conocimiento no te enseña a elevarte por encima de la flaqueza y miseria humanas y a conducir a tu prójimo por el sendero de la justicia, eres sin duda alguna hombre de poco valor y seguirás siendo así hasta el Día del juicio.

Aprende las palabras de sabiduría que pronuncian los sabios y aplícalas a tu propia vida. Vívelas, pero no trates de lucirte recitándolas, porque el que repite lo que no sabe no es mejor que un burro cargado de libros.


La Voz del Maestro - Khalil Gibran

Poeta, pintor, novelista y ensayista libanés cuya obra es para muchos una expresión de los impulsos más profundos del corazón y de la mente humana. Khalil Gibran nació en el Líbano y fue el segundo de cuatro hermanos, permaneciendo hasta los once años allí. En 1894 emigra con parte de su familia a Estados Unidos.

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