en Águila Sur


El sábado a las siete nos juntamos nuevamente en Águila Sur, los de la casa y la gente de MAIWE.

La meditación del chakra del corazón -de Karunesh- y después cantamos un poco...

A propósito de cantar:

Cantar es divino, una de las actividades más divinas. Solamente el baile compite con él, sólo el baile se le compara.
Y ¿por qué el baile y el canto son actividades divinas? Porque estas son las actividades en que puedes perderte completamente… puedes sumergirte en el canto al punto que el cantante desaparezca y sólo permanezca la canción, o el bailarín desaparezca y sólo la danza permanezca.
Y ese es el momento de la metamorfosis, de la transfiguración: cuando el cantante ya no es y sólo existe la canción… cuando tu totalidad se ha convertido en una canción o en baile, esa es la oración.
No importa qué canción estás cantando; puede no ser una canción religiosa; pero si la cantas en forma total, es sagrada. Y viceversa: puedes estar cantando una canción religiosa, santificada desde tiempos inmemoriales, pero si no estás involucrado totalmente en ella es profana. El contenido de la canción no tiene importancia; lo que importa es la cualidad que traes al canto, la totalidad, la intensidad, el fuego.
No repitas la canción de otra persona, porque ese no es tu corazón. Y esa no es la forma en que puedes derramar tu corazón a los divinos pies. Permite que surja tu propia canción.
Olvida el compás y la gramática. Dios no es un gramático, y a El no le importa qué palabras utilizas… El está más interesado en tu corazón.
Tomado de El Libro Naranja, OSHO, Ed. Luz de Luna

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